Nuestros afiliados como protagonistas: la Asociación Lituana de Ciegos y Deficientes Visuales (LASS)

En busca de la integración laboral

Así se llamó al proyecto financiado por la Unión Europea que se inició en 2012 y concluyó en 2015.

¿Por qué decidimos llevar a cabo un proyecto tan grande y tan difícil?

Todo el mundo conoce la enorme burocracia que inevitablemente acompaña a cualquier proyecto financiado por la Unión Europea. Había muchas razones para decir “no”, incluso en la fase de planificación. Para obtener la financiación al menos el 20% de los participantes ciegos y deficientes visuales debían proceder de ciudades pequeñas y regiones apartadas; el 27% de los participantes debían encontrar empleo o inscribirse en algún tipo de curso de formación. El objetivo del proyecto era mejorar el acceso al empleo de las personas con discapacidad visual.

Durante los diez años anteriores se hizo un gran esfuerzo por promover el empleo de las personas con discapacidad visual en Lituania, pero los resultados a menudo fueron muy frustrantes. Se conocen los principales factores que limitan las oportunidades de empleo de las personas con discapacidad visual, que son similares a los de otros muchos países: el escepticismo existente sobre el potencial laboral de las personas con discapacidad visual, la falta de una educación de calidad, la baja autoestima y expectativas de las propias personas ciegas, servicios de transporte inadecuados, y en el caso de Lituania, la falta de servicios de rehabilitación. La tasa de empleo de las personas con discapacidad visual en Lituania está alrededor del 36%; no es un mal resultado, pero hay que recordar que LASS todavía tiene 4 empresas sociales y que un número considerable de personas ciegas y deficientes visuales trabajan para la organización. Hace unos años se llevó a cabo una breve encuesta sobre la actividad económica y situación laboral de los miembros de la Asociación Lituana de Ciegos; los resultados revelaron que muchas personas con discapacidad visual no sienten ninguna motivación para trabajar. Esto puede deberse a varios motivos: paro de larga duración, salarios bajos y conflictos relacionados con las prestaciones sociales.  El proyecto por tanto estaba destinado principalmente a este grupo de personas, con el objetivo de motivarlas a participar en el mercado laboral. Se invitó a participar en el proyecto a 87 personas ciegas y deficientes visuales procedentes de 8 regiones de Lituania; 79 de ellas lo completaron con éxito. El resultado es muy positivo, sobre todo si tenemos en cuenta que el proyecto duró tres años. 20 personas ciegas y deficientes visuales encontraron trabajo y 6 jóvenes iniciaron estudios.    

Durante estos tres años todos los participantes recibieron aproximadamente 300 horas de formación individual (orientación y movilidad, habilidades de la vida diaria, informática, formación en habilidades sociales, formación para la utilización de dispositivos de ayuda, etc.); asimismo, los participantes recibieron unas 200 horas de formación en grupo. Toda la formación, tanto individual como grupal, corrió a cargo de profesores experimentados. En un la duración del proyecto iba a ser de dos años y medio, pero se prolongó seis meses más; debido a los rápidos cambios tecnológicos resultó muy difícil planificar todas las actividades y sesiones formativas de manera exacta y razonable.

Es importante subrayar que todos los participantes tuvieron la oportunidad de tomar parte en los cursos de prácticas. Curiosamente los participantes solo quisieron hacer las prácticas en las empresas sociales de nuestra organización, negándose a hacerlas en otras empresas, a pesar de que el apoyo estaba garantizado.

Si analizamos los resultados conseguidos podemos concluir que sin duda el proyecto fue muy útil, a pesar de ser muy complicado. Los participantes declararon su alegría por poder estar juntos, por haber recibido una formación adecuada y todo el apoyo necesario. Aunque solo 20 encontraron empleo, la mayoría en las empresas sociales de LASS, muchos otros se esforzaron notablemente por encontrar trabajo. Está claro que sin las empresas sociales nunca hubiésemos conseguido estos resultados, incluso puede que el proyecto ni siquiera se hubiese llevado a cabo. Lo cierto es que la sociedad en la que vivimos no está preparada todavía para acoger a las personas ciegas en el mercado laboral.

A Lituania se le critica que tenga empresas sociales destinadas a personas con discapacidad, pero por ahora no tenemos nada mejor que ofrecer.

Audra Jozenaite, jefa del proyecto.