La Comisión Europea, la EBU y los bibliotecarios adoptan una postura firme en favor de que el Tratado de Marrakech sea una herramienta legislativa europea sólida.

En una audiencia que se celebró ayer en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Presidente de la Unión Europea de Ciegos y el representante de las bibliotecas adoptaron una postura firme contra el debilitamiento del alcance legislativo del Tratado de Marrakech, mediante la introducción de cláusulas de compensación, disponibilidad comercial o registro de entidades autorizadas, en el reglamento y la directiva que se están tratando ahora. Marco Giorello, de la Comisión Europea, resumió este parecer con mucha claridad en la siguiente declaración: “En lo que se refiere a las propuestas relativas a la disponibilidad del mercado y compensación, y dado lo específico del asunto, no es necesario añadir estas propuestas a la legislación, ya que ésta es claramente una reacción a un claro problema de “fallo del mercado”; añadir requisitos adicionales al mercado interno no estaría justificado teniendo en cuenta la carga adicional que supondría”.

Maria Martín Prat, Jefa de Copyright de la Comisión Europea,  inició la reunión admitiendo que la Unión Europeo en un principio estaba en contra de la idea de un tratado, pero que la postura de la Unión Europea ha cambiado con el tiempo, así como cambió su empeño por conseguir un resultado positivo en la conferencia diplomática de 2013 en Marrakech cuando dijo: “no podemos marcharnos de Marrakech sin un tratado”. Insistió en que la legislación de la UE se mantuviese accesible y sin barreras innecesarias.

El Presidente de la EBU, Wolfgang Angermann, fue muy claro al decir:  exigimos respeto absoluto por el artículo 11 de la legislación, que excluye la posibilidad de programas de disponibilidad comercial y compensación”. Refiriéndose a las editoriales que están pidiendo normas de disponibilidad comercial, declaró que “hay gente que querría que nuestras estanterías de libros accesibles estuvieran vacías, permitiéndonos solo tener libros que estén a la venta, pero eso sería discriminatorio para las personas ciegas. En lo que se refiere a compensaciones para las editoriales, no hay necesidad de incentivos, ya que el tratado existe precisamente por el fallo de mercado atribuible a esas mismas editoriales”. Declaró que no tenía sentido  que las organizaciones de personas ciegas tuviesen la doble responsabilidad de producir libros accesibles y de pagar  a las editoriales por esos libros. El Sr. Angermann manifestó claramente su apoyo a los elementos clave de la propuesta de la Comisión Europea para garantizar el pleno cumplimiento del Tratado de Marrakech.

Stephen Wyber, portavoz de Bibliotecarios Internacionales, explicó el papel esencial que desempeñan los bibliotecarios en la distribución de libros accesibles en el mundo; declaró que si la UE no conseguía acordar una legislación apropiada, añadiendo más obstáculos administrativos y financieros, el tratado no podría ser de utilidad para millones de personas ciegas y deficientes visuales de todo el mundo. 

La directiva y el reglamento se someterán a voto el día 28 de febrero en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, donde se estudiarán más de 100 enmiendas propuestas por los diferentes grupos políticos. Tras la votación el Parlamento Europeo, dirigido por el eurodiputado Max Andersson, comenzará las negociaciones con el Consejo (con los diferentes Estados miembro de la EU) a fin de obtener un acuerdo definitivo sobre la legislación. Una vez el pleno del Parlamento Europeo haya adoptado la directiva y el reglamento, el Consejo tendrá que ratificar el tratado, a no ser que se produzca algún problema inesperado.   

Por David Hammerstein, representante en la Unión Europea de la Unión Mundial de Ciegos.