¿Llevas años oyendo hablar de experiencias de aprendizaje no formal a nivel internacional pero no te atreves a participar? En este artículo te hablaremos de algunas de las muchas oportunidades existentes dirigidas a jóvenes con discapacidad visual y, a través del relato de una experiencia personal, te explicaremos como este tipo de programas pueden cambiarte la vida.
El Programa Erasmus Plus Unión Europea ofrece, entre otras, oportunidades de educación no formal. La educación no formal significa que no se obtiene una titulación formal y se hace de manera voluntaria; un ejemplo son los campamentos de verano. La educación formal sin embargo tiene lugar en colegios y universidades, y te permite conseguir un grado o diploma.
Intercambio de jóvenes: la actividad más corta en la que puedes participar
El programa Erasmus Plus ofrece la posibilidad a jóvenes de entre 13 y 30 años de participar en un intercambio juvenil. Este tipo de actividad puede durar entre 5 y 21 días. Cada intercambio tiene un tema, elegido por los participantes. Los temas pueden estar relacionados con la música, la cultura, el deporte, la creatividad, etc. Además, los intercambios promueven el aprendizaje intercultural y el diálogo entre jóvenes de diferentes países de la Unión Europea. El programa de actividades promueve el entendimiento mutuo, la solidaridad y la ciudadanía activa.
Muchas ONG dedicadas a la discapacidad visual han organizado ocasionalmente intercambios juveniles diseñados especialmente para participantes con discapacidad visual. Views International, ubicada en Liege (BE), es una ONG internacional que opera como una red de organizaciones cuyo objetivo es promover la movilidad y la independencia de los jóvenes con discapacidad visual. Se especializa en la implementación de actividades accesibles para jóvenes ciegos y deficientes visuales en el marco del programa Erasmus Plus. Desde su puesta en funcionamiento ha organizado muchos intercambios de jóvenes. En estas actividades participan tanto jóvenes videntes como con discapacidad visual, a fin de promover la inclusión social.
Este año, el Centro Griego de Educación y Rehabilitación de Ciegos, junto con Views International, organizarán un intercambio juvenil en Atenas en torno a la música. Jóvenes de entre 18 y 30 años de Bélgica, Bulgaria, Alemania, Italia y el Reino Unido, con y sin discapacidad visual, tendrán la oportunidad de cantar y tocar instrumentos de forma conjunta del 23 de junio al 1 de julio.
Otra actividad de corta duración en la que tal vez puedas estar interesado es el Campamento Internacional de Comunicación y Ordenadores organizado por la Organización Internacional de ICC. Este campamento está pensado para estudiantes con discapacidad visual de entre 16 y 21 años interesados en los ordenadores y la tecnología. El objetivo principal de este campamento, que se celebra en un país distinto cada año, es que los jóvenes ciegos y deficientes visuales que participan conozcan las ventajas de la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y de las Tecnologías de Apoyo. En una semana del verano, los estudiantes pueden participar en diferentes talleres de informática, a la vez que disfrutan de actividades culturales y deportivas. El campamento de este año se celebrara en Croacia.
Por último, el Campamento Juvenil Internacional Leo para jóvenes con discapacidad visual de entre 18 y 25 años es un evento organizado cada dos años por los clubes alemanes Leo y Lions distrito 111N. El objetivo principal es que los participantes mejoren la confianza en sí mismos a través de nuevas experiencias que pueden ser difíciles de realizar en la vida cotidiana debido a su discapacidad. Por ejemplo, en campamentos anteriores se han realizado actividades como: conducir coches, montañismo, montar a caballo, escalada, vela y remo. El campamento por lo general tiene lugar en Klingberg, cerca de Scharbeutz, en el mar báltico. Este año el campamento se celebrará durante el mes de agosto.
Aunque la duración es corta, estos campamentos son ideales para conocer a personas de la misma edad con discapacidad visual de otros países, pudiendo intercambiar intereses y crear redes internacionales de contactos. Además, son lugares de integración entre las personas con y sin discapacidad visual. Por último, aunque no por ello menos importante, ofrecen una buena oportunidad para practicar inglés, ya que el inglés es la principal lengua de comunicación.
¿Y una estancia de más larga duración?
Si sueñas con vivir en el extranjero durante un periodo más prolongado pero no te atreves debido a tu discapacidad visual, el Servicio Voluntario Europeo (SVE) es lo que estás buscando.
A partir de este año formará parte del Cuerpo Europeo para la Solidaridad, que ofrece a todos los jóvenes de entre 18 y 30 años la oportunidad de servir como voluntarios en el extranjero durante un periodo de hasta 12 meses. Al unirse al Cuerpo los participantes expresan su deseo de dedicar un periodo de sus vidas a ayudar a los demás. Al apoyar a otras personas, los voluntarios no solo pondrán en práctica el valor central de la UE, la solidaridad, sino que también adquirirán experiencia y desarrollarán nuevas habilidades. Los participantes en proyectos del SVE pueden usar el certificado Youthpass para detallar lo que han aprendido y lo que han conseguido, por lo que es una buena herramienta para demostrar su experiencia a nivel internacional a futuros proveedores de empleo y puede que incluso les ayude a encontrar trabajo.
Views International también se especializa en adaptar el Servicio Voluntario Europeo a personas con discapacidad visual. Desde 2007 ha creado una red de organizaciones anfitrionas en Liege (BE) y da apoyo a jóvenes ciegos y deficientes visuales que solicitan este programa adaptado. En el Servicio Voluntario Europeo adaptado que ofrece Views International, los voluntarios con discapacidad visual reciben clases de orientación, movilidad y habilidades de la vida diaria, un apartamento y un lugar de trabajo adaptados, así como clases particulares de francés al comienzo de su servicio. Los costes destinados a necesidades especiales del SVE también cubren ayudas específicas tales como material en braille o macrotipo, bastones, formación especializada (orientación, movilidad, habilidades de la vida diaria), así como tutoriales de refuerzo.
También existen otras ONG, españolas, rumanas y alemanas, que de vez en cuando han acogido a jóvenes con discapacidad visual en el SVE.
Para cualquier joven, con o sin discapacidad, el SVE es una experiencia muy valiosa que brinda la oportunidad de mejorar o aprender lenguas extranjeras, así como nuevas habilidades personales y profesionales que pueden ser útiles en una futura carrera profesional. No obstante, el principal logro para un joven voluntario con discapacidad visual tal vez sea conseguir ser independiente y dejar el hogar familiar para convertirse en una persona autónoma.
Un camino hacia el auto-empoderamiento
Hasta este punto te hemos hablado de muchos programas internacionales de educación no formal disponibles para jóvenes ciegos y deficientes visuales, pero ahora vamos a escuchar la experiencia de una mujer ciega de 31 años que piensa que estas oportunidades han influido de forma positiva en su desarrollo personal:
"En 2005, cuando tenía 18 años, una amiga española me propuso participar en un intercambio de jóvenes organizado por Views; no había delegación italiana, así que me tuvieron que incluir en la española. Al despegar desde mi ciudad natal destino a Bruselas, la cabeza me decía que me tendría que haber quedado en casa, pero el corazón me decía que debía ir. Era incluso la primera vez que volaba sola, usando el servicio de asistencia para pasajeros con movilidad reducida. Al aterrizar en Bruselas seguía preguntándome por qué habría elegido hacer algo así: participar durante 3 semanas en un intercambio juvenil con gente desconocida de distintas partes de Europa me asustaba.
Aunque ya han pasado 13 años desde aquel intercambio, las personas que conocí y las semanas que pasamos junto siguen muy dentro de mi corazón. Por supuesto en 2005 yo no sabía que esta experiencia iba a cambiar mi vida. Desde ese momento me sentí parte de algo más grande que Italia: algo llamado Europa.
Por eso, un año y medio más tarde decidí realizar el primer Servicio Voluntario Europeo de Views en Bélgica. En aquel entonces Views solo ofrecía estancias de 4 meses. Hablaba un poco de francés y estaba rodeada de gente con hábitos y culturas distintas, ya que Bélgica es un país muy multicultural. Además, mis compañeros de piso también eran deficientes visuales y eran de Polonia. Echaba mucho de menos mi casa; el primer mes no fue nada fácil.
Estaba de voluntaria en un colegio de educación especial para estudiantes con discapacidad visual y discapacidad auditiva: un contexto desconocido para mí, ya que en mi país solo tenemos educación ordinaria. Mi labor consistía en organizar actividades de ocio y en enseñar a los niños a utilizar el ordenador con tecnología de apoyo, ¡una tarea muy complicada sino hablas con soltura el mismo idioma que los estudiantes!
Poco a poco me fui acostumbrando a mi nueva vida. Sentía que podía expresarme mejor en francés, pude hacer amigos y me comunicaba mejor con los alumnos del colegio. Las clases de movilidad me ayudaron a conocer la ciudad y poco a poco fui siendo más independiente. Al finalizar los cuatro meses de voluntariado me hubiera querido quedar más tiempo.
Al finalizar mi primer intercambio juvenil y mi voluntariado europeo me hice líder de grupo en otros intercambios juveniles y después miembro de la junta administrativa de Views International. Años más tarde me nombraron presidenta de esta organización juvenil, y después, gracias a otros proyectos europeos trabajé para esta organización y me trasladé de nuevo a Bélgica, sin embargo esta vez pasé allí un año y medio.
Ahora, de vuelta en Italia, soy vicepresidenta de la delegación de Florencia de la Unión Italiana de Ciegos y Deficientes Visuales y trabajo para el departamento a cargo de proyectos europeos de un proveedor de formación. Mi propia experiencia me ha enseñado lo útiles que estas actividades han sido para mi desarrollo personal y profesional.
Me alegra haber tenido la experiencia de trabajar en un entorno multicultural, de vivir la importancia de tener una actitud abierta, de tener confianza en uno mismo y ser fuerte, ya que como dije antes, no es fácil vivir en el extranjero y estar en contacto con tanta gente distinta. No cabe duda de que es duro para cualquiera, pero en mi opinión es incluso más duro para una persona con discapacidad visual; pero ahora, gracias a estas experiencias, me siento más fuerte.
En conclusión, “mi camino hacia el empoderamiento” empezó de una forma inesperada participando en un intercambio juvenil y terminó en la vicepresidencia de una organización de ciegos y deficientes visuales. Si he llegado hasta dónde estoy ahora ha sido gracias a estos programas de educación no formal y a Views International. Por eso, habiendo participado en un intercambio juvenil y en el SVE, me gustaría animar a todos los jóvenes europeos con discapacidad visual a participar en programas de educación no formal en el extranjero: ¿qué mejor estímulo podría uno encontrar?”
Por Vanessa Cascio. Vanessa tiene un grado en Procesos de Educación Permanente y participó en cursos de formación para especializarse en temas relacionados con la ceguera en materia de educación y formación.
Trabaja como formadora y asistente de dirección de proyectos europeos para un proveedor de formación en Florencia. Dirigió los cursos de formación del programa para la mejora de la capacidad de inserción laboral de jóvenes de la EBU, así como otros cursos de formación para personas con discapacidad visual tanto a nivel nacional como internacional.
Desde 2016 Vanessa es vicepresidenta de la Delegación de Florencia de la Unión Italiana de Ciegos y Deficientes Visuales, a cargo de temas relacionados con el empleo y la dirección de proyectos europeos; también es la coordinadora de juventud de la delegación de Toscana de la Unión Italiana de Ciegos.
En 2007 fue la primera persona ciega italiana en participar en el Servicio Voluntario Europeo.