Por Prof. Ercan Altinsoy, Cátedra de Ingeniería Acústica y Háptica, Technische Universität Dresden
El oído es un sentido importante en nuestra vida cotidiana: nos permite interactuar con nuestro medio, con objetos y personas. Las señales acústicas nos dan información diversa, por ello el oído y los sonidos de los vehículos juegan un papel importante para la seguridad vial. Es imprescindible que los peatones puedan detectar los vehículos a tiempo. Sin embargo, los vehículos eléctricos se desplazan de forma muy silenciosa hasta que alcanzan los 20 km/h. A fin de reducir este riesgo para todos los implicados, incluyendo en particular niños, personas con discapacidad visual y personas mayores, así como los ciclistas, los vehículos silenciosos deberían emitir sonidos generados de manera artificial. Por ello, ya existen varias autoridades nacionales e internacionales que han desarrollado reglamentos relativos a las características del sonido, siendo los más prominentes el Reglamento de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (ONU Reglamento Núm. 138 - ECE/TRANS/WP.29/2016/26), y en los EE. UU. la Normativa Federal para la Seguridad de Vehículos Motorizados Safety (FMVSS) 141.
La legislación define el nivel mínimo de presión acústica ponderada A por banda de 1/3 de octava. Aunque para la elaboración de estos reglamentos se tuvieron en cuenta los resultados de varios estudios científicos, tendremos que ver en los próximos años si los niveles de presión acústica establecidos pueden garantizar la seguridad vial como se espera. Es especialmente importante ver cómo funcionan los requisitos acústicos mínimos establecidos en situaciones de tráfico en las que hay mucho ruido. Todos los fabricantes y proveedores de coches han desarrollado con éxito soluciones técnicas para la implementación de AVAS. Sin embargo, seguirá habiendo problemas importantes en el futuro inmediato, como las características de direccionalidad de los altavoces, la respuesta de frecuencia de los altavoces, variación en sensibilidad y la ubicación de los altavoces. No obstante, el aspecto más importante es el diseño del sonido.
Los fabricantes de coches han diseñado sonidos de alerta individuales teniendo en cuenta el nivel mínimo de presión acústica establecido y los requisitos de frecuencia. Los peatones y la gente podrán reconocer algunos de estos sonidos de alerta sin problema como sonidos de un vehículo, pero otros no. Algunos de estos sonidos informan a los peatones con mucho éxito sobre condiciones operativas como velocidad, aceleración y deceleración, pero otros no. Otro tema importante es el impacto medioambiental. El diseño del sonido juega un papel importante en que los sonidos de aviso se perciban como más o menos molestos; algunos de estos sonidos pueden ser muy molestos para los residentes.
En los próximos años la sociedad tendrá la oportunidad de evaluar si distintos sonidos de aviso se perciben como molestos o no. Los conductores y fabricantes de coches optarán por aquellos sonidos de aviso que menos molesten. Esto hará que los sonidos de aviso diseñados sean cada vez menos desagradables. El proyecto de la UE eVADER y varios grupos de investigación, incluido el mío, están intentando mejorar las soluciones de implementación técnica y las normativas. Una posible modificación de la normativa podría incluir la adaptación automática del nivel del AVAS dependiendo del ruido de fondo; otro aspecto importante a considerar en el futuro es la detección de peatones para la emisión de un haz de sonido dirigido solo a los peatones, para así evitar contaminación acústica innecesaria.